La «Chaia» (también conocida como la Mónada) es la Chispa Divina que anima y da vida a todo Ser Viviente. Es nuestro «Núcleo de Conciencia más Elevado«, el cual se identifica lo que verdaderamente somos. Es decir, con lo que SOMOS pero a nivel individual, (es decir, como espíritu manifestado del Uno en Todo). La tarea del «Alma» o «Psique» es  conectarse a la Mónada o Chispa, de la que recibe impulsos evolutivos que promueven el Amor Incondicional (dado que la Chaia, está conectada a tu Yo Superior, es decir a tu divinidad o esencia pura, subyacente en lo más intrínseco de tu Ser).

Dado que la Chispa Divina, es el Espíritu Puro que refleja la Triplicidad de la Divinidad: 

La Voluntad o Poder Divino (El Padre). 

El Amor y la Sabiduría (El Hijo).

La Inteligencia Activa (El Espíritu Santo).

En definitiva, la «Chaia» o «Mónada» es la «Chispa de Dios’ que reside en cada ser humano.

A mí, (pues a algunas personas con las que hablo al cabo del día no lo “perciben” aun así, dado que hay que seguir “trabajando” en los “Esquemas Mentales” y rompiendo “Patrones de Comportamientos Nocivos”), mis “problemas” aunque no me resulten gratos, si me parecen “Elementos Primordiales” para mi Crecimiento y Evolución. Ya que, interpreto que son simples “retos” que me acontecen, para afrontar mi vida y sacar mis propias conclusiones o mis propios aprendizajes. 

No obstante, entiendo, como el ser consciente de mí misma que soy, (dado que, aunque converjo en un solo “Ser”, estoy dotado de muchas “fracciones” o “elementos”, al ser “ente” tanto mental, como físico y espiritual), que: Mi primer compromiso para conmigo misma, es el de hacerme responsable de mi propia persona y, por ende, de mis actos. Por ello, siempre asumo mis “Consecuencias” por muy nefastas que estas sean, porque de algún modo, yo misma las elegí, o ellas me eligieron a mí para enseñarte alguna lección valiosa.