La leyenda del surgimiento del Tarot
Existen muchas teorías sobre el surgimiento del Tarot, pero certezas no hay realmente ninguna, pues cada cual acepta la teoría que más conecta con su esencia. Pero me llamó la atención la historia de la Leyenda de la supuesta procedencia del Tarot y por ello quiero compartirla.
Relata una vieja leyenda que el Tarot surgió allá por las primeras décadas del Siglo XIII , ya que cuentan que se halló un mazo de naipes entre las pertenencias de ciertos comerciantes que hacían la conocida Ruta de la seda.
Se dice que este primer mazo de cartas muy popular en Occidente, era conocido con el nombre de Mamluk y que su origen era islámico. El mazo estaba organizado igual que en la actualidad, en cuatro palos, aunque supuestamente durante el Siglo XV (y seguimos refiriéndonos a Europa), se incorporó un quinto palo a los naipes conocido como “los triunfos”.
¿De dónde surge el nombre del Tarot?
Se dice que, al incorporar los triunfos en la baraja, emergió un nuevo juego el cual fue designado como Tarocco o Tarocchien en Italia, denominado Tarock en Alemania y conocido como Tarot en Francia. Así que, supuestamente, de ahí viene la procedencia del nombre de la famosa baraja de naipes conocida como el Juego del Tarot.
Ya el primer mazo completo del que se tiene registro en la historia del Tarot, es en sí una maravilla, por la belleza y el lujo que ostenta. Se le conoce como el Tarot de Visconti-Sforza, también conocido como el Tarot de Oro. Este mazo es tan bello y lleva este pseudonombre, porque se dice que fue pintado a mano por Bonifacio Bembo, pintor y miniaturista italiano, afamado en Cremona. El cual pintó los retratos de Francesco Sforza y su esposa Bianca María Sforza, por lo que además se le atribuye la producción de una carta del tarot cubierta para las familias Visconti-Sforza. Siendo el Tarot Visconti-Sforza considerado el más importante del Siglo XV y una de las primeras barajas calificadas como Tarot propiamente dicho.
Las láminas deberían ser 78, pero se desconoce el paradero de 4 de sus naipes: “El Diablo, La Torre, el Caballero de Denarios y el 3 de Espadas”. No se sabe a ciencia cierta si estas cartas faltan porque aún no formaban parte del juego, porque se perdieron o donaron. Y fue alrededor del año 1440 y por encargo del Duque de Milán, cuando aparecieron las emblemáticas figuras de: “El Mago, La Emperatriz y El Colgado”.
Y hasta finales de tal siglo, no estuvo organizado el mazo en 78 cartas: que consta de 22 “triunfos” numerados del 1 al 21 más El Loco (carta no numerada, aunque a día de hoy algunas versiones tenga el 0). Y 56 cartas divididas en 4 palos: Oros, Bastos, Espadas y Copas que van del 1 al 10 junto con sus correspondientes figuras (Paje, Caballero, Rey, y Reina).
Finalmente, el Tarot, que comenzó siendo un juego de naipes sencillo, comenzó a tener un uso distinto: El Arte Adivinatorio. Supuestamente el Tarot, era algo común, es decir, un juego de diversión que acontecía en las reuniones sociales. Funcionaba aparentemente, de la siguiente manera: se les pedía a las doncellas y/o a los caballeros que escogieran de entre los 22 triunfos uno al azar y a continuación, (según la representación, (es decir, en función de la figura escogida), se describía la personalidad o el Destino de la persona.
El misterioso secreto develado de Marsella
Luego, ya a comienzos del siglo XX, se realizaron unas excavaciones en un pozo del Castillo Sforza en Milán, y ¡eureka!, allí se encontraron unos naipes que databan nada más y nada menos que del siglo XV. Estas cartas tenían el típico diseño del Tarot marsellés, lo que reforzó la vieja teoría de que el verdadero Tarot, el primero, surgió en Marsella.
Alejandro Jodorowsky, un tarotista reconocido a nivel mundial sustenta la teoría de que los sabios de diversas religiones y culturas, preservaron los Secretos Sagrados de La Humanidad en los populares naipes. Con la finalidad de que las guerras y los enfrentamientos bélicos no acabasen con el conocimiento ancestral que encerraban dichos arcanos, y por ellos los “pusieron a salvo” enterrándolos. Esta es una teoría que asimismo afirma uno de los descendientes más antiguos de los impresores del Tarot de Marsella: Philippe Camoin.
Hay que decir que es verdadero que Los Arcanos del Tarot contienen símbolos de las religiones judía, musulmana y cristiana. De hecho, el mismísimo Jodorowsky señala que los arcanos de: El Papa, La Papisa y El Juicio son símbolos claramente judeocristianos, ya que hacen referencias a la Cábala judía. Y, como por ejemplo nos ofrece los 10 botones de la prenda de El Colgado los cuáles dice, tienen cierta similitud con las 10 sefirot del Árbol de la Vida. Asimismo, afirma que lleva simbología de la tradición iniciática musulmana señalando al 9 como número sagrado. Poniendo como ejemplo el círculo de 9 puntos que posee el As de Copas.